A pesar de no prodigarse mucho por el mundial, el M1 fue un coche que dio mucha guerra en el campeonato nacional francés de asfalto. Sacado de los circuitos, no era la mejor base para las retorcidas carreteras de montaña de la isla de Córcega. Aun así, en el año 1983, consiguió un meritorio tercer puesto tras los Lancia 037 de Alen y Rohrl.
El molde es de Exin, antigua propietaria de Scalextric, pero este fue recuperado por los chicos de Altaya.
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